Tras la pandemia, el IoT se ha consolidado en las empresas de todos los sectores, ya que les permite crear aplicaciones adaptables a todo tipo de entornos y alcanzar sus objetivos. Las compañías que han apostado más fuerte por la inversión en este tipo de soluciones son las que diversifican más su uso: no solo las aplican en el ámbito de seguridad laboral y productividad, sino también para mejorar sus objetivos de sostenibilidad. Y es más probable que las integren junto a tecnologías emergentes como inteligencia artificial, edge computing y digital twins.